LAS PASTILLAS DEL ABUELO Malvinas Argentinas 18-9-2010
Por: Johanna Converti
“Ahora sí estoy como quiero, en un presente a puro sentimiento, sin vivir al compás del minutero, perdiendo al fin la noción del tiempo”, canta Piti Fernández de Las Pastillas del Abuelo. Parte del tema que pone fin a su show y resume el momento actual que vive la banda.
El sábado 18 de septiembre en el Estadio Cubierto Malvinas Argentinas presentaron su nuevo disco Versiones, una selección de los temas más reconocidos de la banda más un inédito, que fueron reeditados de manera acústica, es un disco de edición limitada y numerada.
El estadio, a pesar del show brindado el día anterior, explotaba de gente. Fueron tres horas, de verdad perdiendo al fin la noción del tiempo, ya que a estos muchachos ya no los corre el horario. Tres horas pero no a puro rock. La primer parte del show fue acústica, con la banda iluminada por luces tenues y reposando sobre banquetas, arrancaron con el tema ¿Dónde esconder tantas manos? del nuevo disco Crisis. Valga la redundancia, lo que sobraban eran manos, ya no son 20, aunque la 20 está que explota y con una organización que dejó a más de uno con la boca abierta, es muy raro ver esa organización y esa fiesta, de forma divertida pero sin excesos ni violencia en un recital de rock: se abrió un camino a base de: la banda pastillera y sus globos de colores característicos y llegaron adelante de todo sin más que eso.
Atrás todavía miles de globos esperaban por algún que otro hit que los hiciera volar y tanto atrás, como contra la valla todo era fiesta: hasta se armó un trencito, increíble y lo vuelvo a repetir, porque es increíble de verdad ver eso en el rock, ¿se imaginan en un pogo de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota un trencito y globos? Es único de la fiesta pastillera. Y despegando de Los Redondos mecharon entre tantas (escaleras, que de paso mecho este título que también tocaron) dentro y fuera del acústico que desembocó como segunda parte del show con la fuerza de las pastillas que ya conocemos, el tema La parabellum del buen psicópata, y de rock pasan a un merengue con La casada, una introducción tanguera, una chacarera: Perdido, que ya a esta altura describe la ubicación de algún que otro pastillero que justo se esté sumando a la fiesta por primera vez, perdido sobre el estilo de la banda, pero seguramente feliz. Se van de un extremo al otro con una soltura y una calidad excelente.
Sonaron en total 28 temas sin corte, sólo un pequeño intervalo pero en el que la música no dejó de sonar, a cargo de unos trompetistas que deleitaron con su sonido limpio y prolijo. Haciendo honor a la titulación de unos de sus discos, aseguran que sus interrogantes pueden generar Crisis, y sin Duda, el mensaje que dejan pueden generarla en los que quieran tapar verdades.
A los pibes que los siguen les dejan un mensaje esperanzador y a la vez les genera una conciencia sobre la ecología, la situación social y recuerda a los desaparecidos en democracia como Julio López, les habla de la lucha de los estudiantes que pelean por mejoras en sus escuelas y sobre la situación actual de los medios. En conclusión esta banda no se calla nada y genera responsabilidad y participación: un show al que no le sobró, ni le faltó nada y como bien dicen en su tema final Vuelta de tuerca: “Romper esquemas de los que siempre callan, gritar aunque sea una sola verdad”, expresa sinceramente que ellos tocan, respetan a su público y saben Jugarse el corazón.